Pese a que los mexicanos trabajan, la mayoría no acceden al mínimo para tener bienestar, salud y educación, lo que habla de un disminuido poder adquisitivo en el país.
Lo anterior relacionado con la crisis económica por la guerra entre Rusia y Ucrania, y la pandemia por Covid-19 que trajeron una inflación cada vez más alta, es todavía más preocupante para el futuro de aquellos que ganan el salario mínimo, es así que gracias a estudios económicos se sabe que 7 de cada 10 mexicanos no perciben el salario suficiente para mantener a sus familias.

A los expertos les preocupa que en las cifras oficiales sobre pobreza no se esté considerando la pobreza alimentaria, actualmente en México un porcentaje del 43.9% viven en pobreza y un 8.5% lo hacen en pobreza extrema, sin embargo, los datos pudieran estar sesgados, ya que sólo toman en cuenta el poder adquisitivo, pero no el acceso a alimentos básicos de calidad.
Tristemente sólo 3 de cada 10 mexicanos ganan lo suficiente para acceder a la canasta básica de alimentos necesarios para la salud, y al parecer la cifra sube año con año; actualmente el salario mínimo se encuentra en $5.258 pesos al mes y hay asociaciones civiles que desean proponer que suba a $8.500 pesos mensuales (lo equivalente a dos canastas básicas completas en 2022).

Conforme avanza la inflación, la posibilidad de acceder a alimentos básicos como huevo o leche se vuelve cada vez más difícil y las personas tienen que recurrir a los productos de baja calidad.
Otro dato importante a tomar en cuenta es que “en diciembre de 2021, la Coneval indicaba que el costo de la canasta alimentaria en zonas rurales era de mil 344.94 pesos, mientras que para zonas urbanas era de mil 844.32 pesos; en tanto, la canasta alimentaria con servicios sería de dos mil 343.50 pesos en zonas rurales y tres mil 542.14 pesos en zonas urbanas”.
Lo anterior es así ya que la Coneval incluye servicios básicos tales como transporte público, limpieza y cuidados de la casa, cuidados personales, educación, cultura y recreación, comunicaciones y servicios para vehículos, vivienda y servicios de conservación, prendas de vestir, calzado y accesorios, cristalería, blancos y utensilios domésticos, cuidados de la salud, enseres domésticos y mantenimiento de la vivienda, artículos de esparcimiento y otros gastos; algo que evidentemente las cifras oficiales no toman en cuenta, el acceso al salario digno en México debe ser un derecho.
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