Todos tenemos una forma de pensar en particular, nuestra cabeza es un mundo completamente distinto. También existen personas con complexiones de todo tipo, estaturas diferentes, nuestro color de piel varía de acuerdo al lugar en el que vivimos y uno podría pensar que con todas esas variaciones la discriminación en pleno siglo XXI ha quedado atrás.
Sin embargo, aún estamos muy lejos de que las cosas sean así de perfectas. Tan sólo en Estados Unidos, una de las potencias más grandes en el mundo, se consideró que la discriminación racial aumento un 182% en el 2018. Y claro que hay estados que destacan más que otros, California y Texas –por ponerlos de ejemplo– se encuentran en primer lugar.

Vayamos al año 2014 para plantearnos algo muy importante, en un estudio que fue realizado por el CIS en España, se estableció que un 49% de los extranjeros sufrieron algún tipo de discriminación mientras se encontraban viviendo ahí, y un 29% de la población consideraba que la inmigración era algo malo.
Probablemente alguna vez escuchaste hablar del Doll Test, es un estudio que se realizó allá por los años 40 para determinar cuánta marginación sufrían los niños con ascendencia afroamericana, el estudio se ha vuelto a repetir a lo largo de los años y la conclusión más obvia ha sido que el miedo es la base del racismo.
A pesar de que Estados Unidos puede ser el mayor ejemplo de la discriminación o la segregación racial, no es el único país que sufre de esto. Harvard ha realizado muchos estudios al respecto y determino que República Checa es la región de Europa en la que existe mayor índice de racismo, estas son estadísticas del 2017.

Otro factor que sin duda determina el índice de racismo que hay en una región es el estilo de vida o, mejor dicho, las circunstancias sociales y económicas en las que se encuentra ese lugar. Por ejemplo, se sabe que en Honduras hay un 87% de analfabetismo dentro de grupos indígenas. O si nos situamos en México, más del 50% de la población indígena no cuenta con servicio de electricidad.
Como es evidente, la discriminación no ha cesado, es un problema que afecta a todo el mundo, ya sea que vivas en Europa o en América Latina. El primer paso que se puede dar es el de orientarse, conocer cuál es la situación y familiarizarnos con lo que ocurre a lo largo y ancho del mundo.
https://www.lavanguardia.com/vivo/20180916/451795335882/ensenar-cerebro-menos-racista.html